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¿Es el hidrógeno realmente una opción para sustituir a los combustibles fósiles?

Almacenamiento de energía de hidrógeno

En la carrera hacia la descarbonización, las administraciones públicas han apostado por la electrificación, pero, ¿existen otras opciones? Algunas entidades ya están valorando sustituir el combustible por hidrógeno, pero ¿es el hidrógeno realmente una opción para sustituir a los combustibles fósiles?

Este compuesto se califica como una de las promesas en el sector del motor, pero pese a contar con innumerables beneficios, es un combustible muy difícil de obtener ya que no se puede obtener directamente de la naturaleza. Se presentan tres principales obstáculos de cara a la obtención de hidrógeno: se encuentra acompañado por otros elementos de la naturaleza, su conversión a estado líquido y su costosa inversión que eleva su precio final.

Para conseguir este elemento es necesario extraerlo del agua, el carbón o el gas natural. La mejor variable es el agua ya que se encuentra presente en la mayor parte del planeta. En cambio, este elemento tiene estado gaseoso por lo que es necesario desarrollar un proceso de electrólisis. Esta obtención es muy costosa y se necesita energía eléctrica, la cual, a veces, no procede de energías limpias.

Cada vez son más las empresas que apuestan por esta energía, asimismo, se ha realizado una categorización de colores determinados por su sostenibilidad. En función de su repercusión en el medio ambiente se categorizan cinco tipos de hidrógeno: negro, gris, marrón, azul, turquesa, rosa, verde, amarillo y blanco.

Tipología

Hidrógeno negro y marrón

Se trata del hidrógeno que más contamina, ya que se forma a partir de hidrocarburos como el metano o el carbón. Este se obtiene a través de la gasificación, proceso en el cual se quema carbón a altas temperaturas y se expulsa hidrógeno y monóxido de carbono.

Hidrógeno gris

El hidrógeno gris es el más utilizado en el mundo, pero también uno de los más contaminante, ya que se produce a partir de gas natural mediante la técnica de reformado de vapor. Este método se basa en la presión del elemento para eliminar el dióxido de carbono y obtener así el hidrógeno.

Hidrógeno azul

También conocido como «bajo en carbono», pero aún necesita usar combustibles fósiles para su obtención. En cambio, este emite menos carbono porque se realiza mediante el método «captura y almacenamiento». Se trata del más utilizado junto al gris. Este tipo de hidrógeno genera emisiones CO2, pero se capturan y una vez almacenadas se pueden reutilizar para fabricar eco-combustibles.

Hidrógeno turquesa

Este tipo de hidrógeno también utiliza combustibles fósiles, pero se diferencia del azul y el gris en que tiene lugar un proceso de extracción conocido como pirólisis. Este proceso consiste en la degradación térmica con la falta del oxígeno y sustitución de los gases contaminantes por el carbono, es decir, el gas natural pasa por un metal fundido y se libera el hidrógeno y carbono de forma sólida. De esta forma se evitan las emisiones de CO2. Este método aún se encuentra en una fase inicial.

Tipos de hidrógeno

Hidrógeno rosa

Se forma a partir de energías nucleares y su método de extracción vuelve a ser la electrólisis del agua. Se clasifica entre uno de los más sostenibles, en cambio, desde EDP afirman que» no llega a ser limpia por los riesgos y residuos radiactivos que siempre lleva asociados».

Hidrógeno verde

Se trata de la opción más ecológica, ya que está creado a partir de energías renovables. En cambio, es el menos común en el mercado. Su proceso de obtención también se da mediante electrólisis y las emisiones asociadas a este elemento son muy bajas o nulas.

Hidrógeno amarillo

El hidrógeno amarillo se crea a partir de la energía solar y su proceso de extracción es la electrólisis. En el proceso de extracción se utilizan energías mixtas.

Hidrógeno blanco

Este tipo de hidrógeno está aún en exploración y no hay mucha información al respecto. Se extrae directamente de la naturaleza y sus emisiones son nulas. Desde EDP afirman que es «inodoro e incoloro y no existen técnicas eficientes y económicamente viables para extraerlo».

¿Es posible implantar el hidrógeno como principal fuente?

La implantación de hidrogeneras es una realidad en países como Japón, Estados Unidos o Alemania, en cambio, en España no está extendido. En el mundo existen un total de 685 hidrogeneras, según los últimos datos publicados en 2021. De ellas 228 se encuentran en Europa, con Alemania como principal desarrollador.

Desde la Unión Europea se impulsó la implantación de hidrogeneras en 2014 mediante la Directiva 2014/94 de la Unión Europea. Por su parte, España puso en marcha en 2020 la Hoja de Ruta con el hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable. Pese a esta normativa aún hay directrices que no se han definido como la fecha para alcanzar el objetivo marcado, la distancia entre hidrogeneras o el año en el que se conseguirá la implantación de un mínimo de hidrogeneras (entre 2028 y 2031).

Pese a las diversas formas que hay de crear hidrógeno, el problema reside en su almacenamiento, utilización y contaminación que conllevan algunas técnicas. El precio del hidrógeno aún está desorbitado y no está al alcance del ciudadano medio y se le suma que la creación de una hidrogenera está alrededor de un millón de euros.

 

Precio de un repostaje «lleno»

A diferencia de la gasolina que se mide en litros, el hidrógeno se suministra en kilogramos. El coste actual se sitúa entre los 3 y los 10 euros por kilogramo, por lo que aún no se encuentra al alcance del ciudadano medio que reposta, por ejemplo, en Plenoil a 1,40 céntimos el litro de media.