En los últimos años la Unión Europea se ha puesto manos a la obra para patentar una energía que sustituya a los combustibles fósiles y han optado por la electrificación. En cambio, esta opción no se adapta a la mayoría de países ni a sus ciudadanos. Por ello, la ciencia ha puesto sobre el tablero otras opciones como el hidrógeno o los biocombustibles. Pero ¿qué son los biocombustibles de primera, segunda y tercera generación?
Este tipo de combustible se obtiene a partir de recursos naturales u orgánicos, es decir tienen origen vegetal y animal (biomasa). Este tipo de energía proviene de materiales no fósiles y origen biológico, por lo que pueden ser desechos agrícolas y forestales. Para obtener energía de este tipo de materiales es necesario pasar un proceso termoquímico (combustión, pirólisis y gasificación), por lo que la energía obtenida se califica como bioenergía, ya que procede energía renovable.
Su procedencia de materia orgánica neutraliza el dióxido de carbono que se genera durante la combustión. Los biocombustibles pueden encontrarse tanto en sólido, líquido como gaseoso y se pueden extraer por ejemplo de la leña. Pero, ¿cuáles son las ventajas de utilizar biocombustibles?
Ventajas y desventajas
Este tipo de combustible tiene numerosas ventajas ante otras opciones.
- Generan electricidad, calor o movimiento.
- Es una fuente de energía renovable inagotable.
- Minimizan las emisiones de dióxido de carbono y azufre.
- Fuente energética eficiente.
- Uso en vehículos de combustión utilizando las infraestructuras actuales.
En cambio, también existen desventajas como:
- La producción de energía aún genera emisiones.
- No es un método extendido.
El objetivo a conseguir es que este proceso sea 100% sostenible y pueda desplazarse sin problemas. En este proceso de extrae CO2 de la atmósfera y se utiliza para la fabricación de los biocombustibles, esto los convierte en combustibles de cero emisiones netas.
Tipos de biocombustibles
La creación de los biocombustibles pasa por transformar materias de origen orgánico mediante procesos mecánicos o termoquímicos. Dependiendo del origen de la materia prima se clasificará en un tipo de biocombustible diferente:
Biocombustible de primera generación
Se trata de biocombustible creado a partir de cultivos agrícolas que ayudan a reducir la huella de carbono. En esta clasificación se enmarcaría el bioetanol o el biodiésel.
Biocombustible de segunda generación
Se trata de materia obtenida de la alimentación, es decir, residuos con procedencia de la industria agroalimentaria como el aceite. Al destinar este tipo de residuos a la creación de biocombustibles se evita que lleguen a los vertederos, como por ejemplo el biogás o el biometano.
Biocombustible de tercera generación
Se trata de biocombustibles a partir de algas o plantas acuáticas que contienen aceite natural. Pese a que no este biocombustible no está muy extendido en el mundo comercial, algunos estudios lo señalan como una opción innegable.
Biocombustible de cuarta generación
Por último, se encuentran los biocombustibles de cuarta generación que modifican genéticamente los microorganismos y mejoran la captación de dióxido de carbono. Esta tipología aún no ha comenzado a comercializarse, pero en Brasil o Estados Unidos ya existen plantas que podrían ser de utilidad.
En Plenoil seguimos apostando por una transición posible para todos, sin dejar a nadie atrás. Es importante poner sobre el tablero todas las opciones disponibles y adoptar un modelo que se adecue a la mayoría de ciudadanos. Apostamos por la compra de coches más eficientes y así paliar nuestra huella de carbono a la vez que se posibilita una transición justa.
