Quince de ellas se instalarán en la provincia de Pontevedra. La compañía prevé cerrar 2021 con cinco nuevas estaciones de servicio: dos en Vigo y el resto en Mos, A Coruña y Ourense.
El gallego es un mercado maduro en lo que respecta a las estaciones de servicio tradicionales, sin embargo, se abre un nicho en el territorio para las gasolineras low cost. Su escasa penetración en la comunidad, con un 2% de cuota de mercado, junto al elevado precio de los carburantes se han convertido en dos catalizadores para que muchos operadores ultimen sus planes de expansión en Galicia.
Es el caso de Plenoil que apuntala su estrategia para convertirse en un actor de relevancia en el territorio con la apertura de hasta 35 gasolineras automáticas hasta 2023. La compañía especializada en el segmento de gasolineras de bajo coste tiene un plan ambicioso por delante. Si actualmente cuenta con ocho puntos de repostaje en Galicia, su intención es terminar el presente ejercicio, del que resta menos de un mes, con cinco más. Dos de estas cinco aperturas se efectuarán en Vigo: una en el número 52 de la Rúa de Gandarón y la segunda en la Estrada de Moledo.
Las tres nuevas gasolineras restantes se ubicarán en el Concello de Mos, en la ciudad de A Coruña y en la de Ourense. De esta manera, la provincia pontevedresa sumara tres nuevas gasolineras bajo la enseña de Plenoil a las cuatro con las que ya cuenta en Meaño, O Porriño, Valga y Vilanova de Arousa.
“Galicia es una zona de expansión clarísima porque ha habido muy poca competencia y porque los precios son muy elevados”, comenta el CEO de Plenoil, José Rodríguez de Arellano. No en vano, si el mercado gallego supone algo menos del 10% de la facturación del grupo actualmente, el directivo estima que supere el 15% de la cifra de negocio en 2023. “Esperamos estar en los 120 millones de euros de facturación en este mercado”, asegura.
Distribución de las estaciones
En lo relativo a la distribución de gasolineras low-cost de Plenoil, Pontevedra saldrá ganando con 15 nuevas instalaciones hasta 2023, otras 10 irán a parar a la provincia de A Coruña y el resto se repartirán entre Lugo y Ourense. Una expansión a la que el grupo destinará en torno a 18 millones de euros y que creará algo más de un centenar de puestos de trabajo en la comunidad.
Y es que las gasolineras low-cost de Plenoil son atendidas durante el día y automáticas por la noche. La intención de la empresa es ganar presencia en las principales ciudades de Galicia y aumentar su penetración en las poblaciones de más de 25.000 habitantes, así como en las principales localidades costeras pese a que no superen esta cifra. Todo ello se enmarca dentro de las pretensiones de la compañía de crecer en territorio nacional.
Una propuesta con la que pretende alcanzar en 2021 más de un centenar de gasolineras, 40 de ellas instaladas en el presente ejercicio. Un despliegue al que Plenoil destinó 20 millones de euros. Pero esto no es todo, porque la compañía desembarcará en el mercado portugués en enero de 2022, tras abrir su primera oficina en el país, en Oporto, en noviembre.
La compañía de combustible de bajo coste cerró el 2020 con una facturación de 125 millones de euros, una cifra que pretende más que duplicar para el presente ejercicio hasta alcanzar los 320 millones de euros. Plenoil cerró el pasado año con resultado bruto de explotación (ebitda) de 6 millones de euros, con la previsión que se eleve a 10 millones en las cuentas de este año. De cumplirse el plan empresarial trazado, la cifra de negocio de la compañía alcanzaría los 550 millones de euros en 2022.
Llegada de las low-cost
El segmento de gasolineras low cost irrumpe de forma abrupta en el mercado con una propuesta basada en precios de combustible más bajos que el de las estaciones de servicio tradicionales: “el precio medio es entre 10 y 15 céntimos más barato”, apunta el CEO de Plenoil.
La fórmula adoptada por la compañía, según expone el directivo, es la reducción de márgenes: “acabamos con un resultado final de explotación de aproximadamente 2 céntimos por litro”, dice Rodríguez, que añade a la ecuación el alquiler del suelo frente a la compra y la oferta de tan sólo dos productos (diésel y gasolina), que asegura que reduce sus costes estructurales.